En la cocina no solo preparamos alimentos exquisitos, también desayunamos y comemos. El mantel se ha convertido en un elemento esencial en la decoración de la mesa y no debe de ser escogido al azar. Los manteles antimanchas son nuestros aliados y nos permiten darle un aire coqueto a la cocina reflejando al mismo tiempo nuestra personalidad.
En una comida, a veces servida rápidamente para volver al trabajo, resulta prácticamente imposible que no caiga una mancha en el mantel. Antes no había más remedio que lavarlo enseguida, pero los nuevos manteles antimanchas con su revestimiento de teflón son la solución para una perfecta limpieza simplemente pasando un paño húmedo. Bien sean manteles blancos, manteles de estampados o con diferentes colores, mantendrán nuestra mesa impecable y le darán un nuevo aire a la cocina.
Esta es la habitación de la casa que más aseamos para evitar las bacterias. Podemos hacer esta limpieza eficazmente con productos naturales, evitando los químicos perjudiciales para el medio ambiente.
Limpieza de la cocina con productos naturales.
El vinagre de vino blanco es un perfecto limpiador y desinfectante para el frigorífico. Hay que mezclar un vaso de vinagre con un vaso de agua caliente y, con una esponja, limpiar el interior del electrodoméstico sin aclarar. La fina película que el vinagre deja impedirá la proliferación de las bacterias. Para evitar los olores, podemos poner un pequeño bol lleno de bicarbonato en un rincón del frigorífico, renovándolo cada mes.
El fregadero es un verdadero nido de microbios. Si es de acero inoxidable, lo mantendremos desinfectado, mezclando el zumo de medio limón con un vaso de vinagre y tres vasos de agua caliente. Frotaremos con una esponja y secaremos con un paño de microfibras. Además de limpio lucirá resplandeciente como el primer día.
Una cocina recogida, limpia y con un buen mantel en la mesa resultará siempre un espacio acogedor y cálido.