Sábanas, fundas nórdicas, colchas de cama, mantas… son algunos de los elementos más esenciales en el dormitorio de una persona. Además, de convertir el aspecto de la habitación de una forma fácil y única, son capaces de trasmitir sensaciones, sentimientos, fortalecen la comodidad y convierten la cama en un sitio de ensueño y descanso total. Cuántas veces te ha pasado por la cabeza esa frase de: “Si es que mi cama me atrapa” Si has conseguido decirla en varias ocasiones ¡Enhorabuena! Sino lo has hecho… ¡Estás a tipo de encontrar todo lo perfecto para llevarlo a cabo!
- ¡Todo descanso tiene que estar hecho a medida!
Tu ropa de cama no sólo debe de ser bonita, sino que también confortable y con estilo. Un estilo en el que te halles a gusto, ¡pero eso sí! Recuerda algo muy importante: si nunca te pondrías un vestido ‘animal print’, por más que se lleve… ¿Cómo vas vestir tu cama de satén con listas de cebra? – No te dejes llevar por tus impulsos y también intenta crear una atmósfera agradable y a la medida de tus sueños y gustos.
- Diseña tu habitación junto a toda la armonía posible
Ahora te toca a ti jugar con los elementos. Es el momento de que entren en juego almohadones, cuadrantes, colchas, fundas… Ve creando una escenografía perfecta, colocando bien ciertos o bien todos, si adoras las camas mullidas y confortables. Si eres de las que no disculpa una pequeña siesta los fines de semana, no olvides colocar un ‘plaid’ o bien una manta a los pies de la cama. ¡Te va a ser muy útil! Otra forma de lograr dinamismo es mediante los materiales y las texturas. Su combinación y contraposición otorgarán a la cama mayor fuerza visual.
Al usar múltiples colores o bien mezclar estampados, aportas volumen y un efecto mullido y sobretodo muy apetecible. Los grises, los camel y tierra son tendencia, tenlo en cuenta a la hora de decorar. Al paso que los primeros aportan un toque de sofisticación y elegancia a nuestra cama, los segundos, ponen la nota más natural y frágil.
- ¿Qué tipo de colores prefieres? ¿Lisos? ¿Estampados? ¡Que dilema!
La ropa de cama en colores planos es fácil de combinar y hace que te fatigues menos de ella. Lo idóneo es combinarla con cuadrantes a juego con la base de color de la funda o de la colcha. Puedes jugar a crear contrastes o buscar la armonía. Eso sí, recuerda que las sábanas y los edredones o bien colchas son amigos inseparables, con lo que deben compartir el mismo estilo.
Si tienes cabecero, es importante que haga juego con él o que, cuando menos, no ‘choque’. De esta forma, conseguirás un solo estilo en toda la estancia. Del mismo modo, no pierdas de vista las cortinas, singularmente si son estampadas.
- Blanco: dormir en las nubes
Un clásico que nunca pasa de tendencia y es capaz en cualquier época del año. El blanco, inmaculado y monacal, o bien roto y cálido, siempre y en todo momento es una buena elección. Eso sí, debes recrear la escena perfecta y acompañarle de almohadas, cuadrantes e incluso cojines (siempre en ese orden) que aporten volumen y un toque mullido.
Satén, lino o bien algodón, el color blanco permite descansar la vista cuando se sobreponen otros colores o dibujos encima, logrando una atmósfera llena de paz.
¿Preparada para vestir tu cama? ¡Vamos a ello!
Imágenes vía Manteles de Hostelerías | Don Mantel